El pasado cinco de junio, en el Salón de Claustros de la Facultad de Ciencias, fui testigo de excepción del nombramiento como catedrático de mi querido amigo Juan Pedro. Con este trámite se hacía justicia tardía a su dilatada y meritoria carrera profesional tanto en su vertiente investigadora como docente. Mejor tarde que nunca.
Solo basta con echar un vistazo en internet para intuir la dimensión del prestigio que en el mundo de la genética gozan sus trabajos y publicaciones. Es importante recordar que la Universidad de Granada le distinguió, hace unos meses, con el reconocimiento a la excelencia docente e investigadora, honor que solo está al alcance de unos pocos.
Lo más alucinante de esta historia fue que los componentes del Tribunal a la hora de hacer la valoración sobre la exposición que había realizado Juan Pedro, dieron por supuestos los méritos del candidato, prescindiendo del interrogatorio normal en estos casos que sirve para apuntalar la decisión a tomar de forma colegiada y, en lugar de formularle preguntas o solicitarle aclaraciones relativas a los temas específicos expuestos, comenzaron a emitir de una forma expontánea y, por decirlo de alguna manera, "no normal para un acto de esta naturaleza", sentimientos personales hacia Juan Pedro, hasta tal punto que, llegado un momento, la emotividad se podía cortar en el ambiente.
Para mí no fué una sorpresa nada de lo que dijeron, ninguna de las alabanzas que le dedicaron ni, tampoco, las lagrimas furtivas que se intuyeron en la penumbra del Salón de Claustros. Resulta que yo todo eso lo sabía desde hace muchos años, desde que adolescentes empezamos a tocar la guitarra en Cúllar y eso nos hizo colegas para siempre. Sin embargo, pese a saberlo, sentí un orgullo inmenso al oírlo de personas extrañas para mí y en un clima tan formal y solemne.
Creo que las buenas noticias son para compartirlas y hoy Cúllar está de enhorabuena. Gracias Juan Pedro por tu ejemplo, seguramente de tu semillero seguirán saliendo magníficos profesionales y excelentes personas.
Solo basta con echar un vistazo en internet para intuir la dimensión del prestigio que en el mundo de la genética gozan sus trabajos y publicaciones. Es importante recordar que la Universidad de Granada le distinguió, hace unos meses, con el reconocimiento a la excelencia docente e investigadora, honor que solo está al alcance de unos pocos.
Lo más alucinante de esta historia fue que los componentes del Tribunal a la hora de hacer la valoración sobre la exposición que había realizado Juan Pedro, dieron por supuestos los méritos del candidato, prescindiendo del interrogatorio normal en estos casos que sirve para apuntalar la decisión a tomar de forma colegiada y, en lugar de formularle preguntas o solicitarle aclaraciones relativas a los temas específicos expuestos, comenzaron a emitir de una forma expontánea y, por decirlo de alguna manera, "no normal para un acto de esta naturaleza", sentimientos personales hacia Juan Pedro, hasta tal punto que, llegado un momento, la emotividad se podía cortar en el ambiente.
Para mí no fué una sorpresa nada de lo que dijeron, ninguna de las alabanzas que le dedicaron ni, tampoco, las lagrimas furtivas que se intuyeron en la penumbra del Salón de Claustros. Resulta que yo todo eso lo sabía desde hace muchos años, desde que adolescentes empezamos a tocar la guitarra en Cúllar y eso nos hizo colegas para siempre. Sin embargo, pese a saberlo, sentí un orgullo inmenso al oírlo de personas extrañas para mí y en un clima tan formal y solemne.
Creo que las buenas noticias son para compartirlas y hoy Cúllar está de enhorabuena. Gracias Juan Pedro por tu ejemplo, seguramente de tu semillero seguirán saliendo magníficos profesionales y excelentes personas.
Enhorabuena Juapedro!! Ya sabíamos que eras un fenómeno en la genética y aún mejor persona. Nos alegramos mucho de que por fin se reconozca el trabajo de toda una vida.
ResponderEliminarBesitos
Irene
MARI CARMEN DUJO:
ResponderEliminarHola Juan. Acabo de ver el correo y he entrado en las noticias más recientes de tu blog. Me alegro muchísimo del nombramiento de Juan Pedro (yo creía que ya era catedrático), y te felicito a tí tembién por le noticia que escribes sobre el acto.
Lo llamaremos para darle la enhorabuena, pero, por si acaso no lo localiamos antes de irnos a Salobreña, dale tú nuestra más cariñosa y sincera felicitación cuando lo veas.
Besos.
Cuánto me hubiera gustado estar presente en ese salón de claustros. Juan Pedro sabe que mi corazón y mis pensamientos estaban allí de todas maneras. Decirte quiero papá que para mí eres un ejemplo a seguir y que siento un orgullo enorme porque eres el mejor padre del mundo y por habernos enseñado a mí y a mis hermanos que con esfuerzo y dedicación se consiguen grandes cosas en la vida. Enhorabuena por este mérito y por los muchos otros que te mereces y que estan por venir!!
ResponderEliminarDavid
¡Joer Juán.!..ja ja que imagen para el recuerdo....
ResponderEliminarCon lo que hemos aporreado las guitarras en las calurosas tardes de veranos...
Que es de Juán Pedro,,,me encantaria saber de él y de tu hermana y de Vicente E...JO QUE ALEGRIA DE ENCONTRAROS...
BESITOS ADA